En abril EPN habló durante la sesión especial de la Asamblea de Naciones Unidas sobre Drogas (UNGASS-2016) y propuso un decálogo desde un enfoque de derechos humanos y otras medidas que buscan pasar del enfoque prohibicionista a uno de más apertura para el aprovechamiento médico y científico de plantas como la marihuana y sus derivados.
El enfoque que asume al fenómeno de las drogas desde una perspectiva de Salud Pública ayuda al ir en contra de la criminalización y la perspectiva guerrerista que llevaron a su auge Fox y especialmente Calderón.
Lo lamentable de esto, es que en el decálogo que le escribieron al Peña, no hay ni una sola mención a las medidas que se requieren para desarticular las redes de corrupción al interior del gobierno, mismo que ha tolerado los imperios mexicanos del narco durante décadas.
A nivel discursivo sigue siendo una lucha de buenos (el Estado) contra malo (los narcos), sin ahondar en la evidente complicidad que hay entre ellos.
Y cómo mencionarlo, si ya está documentado que un gran apoyo de la campaña que llevó a Peña y al PRI al gobierno en 2012 fue financiado con dinero del narco.
A pesar de que esta medida avanza en el camino correcto, de entrada ya está puesta en cuestión por promoverla un Estado al que con justa razón han llamado "narcogobierno".
No hay comentarios:
Publicar un comentario