Para Alejandra
desde el primer segundo al que caímos los dos
desde la primera mirada
con los saludos tan cerca de los labios
Así nos recordábamos durante el día
rozando las mejillas con suavidad
en la frontera de los besos
donde la piel es una única textura
y es tersa como una hoja en el rocío
Era el deseo de besarte
de sentir nuestras bocas como olas
y olas como lenguas
y las lenguas hablando su lenguaje profundo
Al despedirnos se repetía ese gesto
hacíamos un eclipse al acercarnos tanto
en el borde de nuestras honduras
sobre el relieve corporal y sus curvas
a un paso del abismo para caer los dos
Ahora que puedo besarte siempre
pienso en aquellos otros besos
esfumados en los instantes tímidos
y el contacto que imprimía su calor
Por eso ahora
en honor a ese tacto tan sutil que me diste
no solo te beso con mis labios
Sino también con mis manos
mi mirada
mi vida.
JC.
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