miércoles, 6 de julio de 2016

Cuando Tijuana no tenía nombre, no era frontera, no era ciudad

Durante el mes de abril leí varios libros de historia de Baja California y particularmente de Tijuana.  Desde entonces atravieso los sitios por los que he caminado antes y los veo con ojos distintos. 

Digo "por aquí transitaron las primeras comunidades indígenas seminómadas", "este es el camino que atravesó la primera expedición que iba hasta San Diego en el siglo XVIII", "aquí se inundaron los primeros caseríos que tuvo el Rancho de la Tia Juana a finales del siglo XIX", "Acá la aduana vieja, y acá la nueva", "Aquí defendieron a Tijuana en 1911", "aquí se construyó el primer puente internacional conocido como La Marimba", "Aquí las fiestas y los inicios de la vida nocturna".

Los espacios, cargados de energía durante siglos, están llenos de marcas invisibles con huellas humanas y no humanas. El clima, el viento, las lluvias, los animales, los pasos, las casas, los puentes, los comercios, las instituciones, todo se va expandiendo hasta construir una imagen difusa de lo que hoy conocemos como Tijuana.


Fotografía: La Iglesia, el Fuerte, la Escuela, Tijuana, 1918. Fuente: Sociedad de Historia de San Diego, extraído de la página "Fotografía histórica de Baja California".





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