jueves, 8 de enero de 2015

REPENSAR EL HUMANISMO

Repensando el humanismo que nos han inculcado como profesionistas de las humanidades, la visión del "síganme los buenos", "arte pa la banda", "juntos por un mundo mejor" se queda corta frente a un escenario social complejo y diverso, con gustos y preferencias que se contraponen unas a otras. Más que una unidad reconciliable, lo presente es la lucha por el poder, conquistar posiciones enunciativas, invalidar al otro desde su moralidad porque no sigue la ética humanista imperante.
El discurso humanista aparentemente tan cálido y progresista que llegan a utilizar algunos artistas y pensadores en la actualidad está cimentado en idealismos morales más que experiencias de vida contradictorias. Mientras no pensemos, sintamos y actuemos desde la diferencia, desde la contradicción y el contraste, el proyecto humanista seguirá encontrando sus obstáculos autocreados.

Generar acuerdos desde la diferencia más básica es un desafío que pocos se atreven a realizar porque implica dialogar con lo que más detestas o aborreces. ¿Quién se atreve?

No hay comentarios:

Publicar un comentario