martes, 21 de junio de 2011

Costera

Este poema lo escribí en la autopista Costera donde se conectan el golfo de santa clara y el desierto de Sonora rumbo a Horas de junio 2011.


Foto: Esquina Tijuana


Este paisaje viene a la memoria como un pájaro que vuelve
La mañana en el desierto me hace recordar una zona interior
territorios anónimos de tejidos y nervios con pequeños arbustos y saguaros
animales hechos de arena en la distancia 
palpitan en sus agujeros


A través de mis ojos arrojo mi cuerpo al horizonte y de pronto me muevo en una geografía cerebral. La superficie de mis recuerdos, conceptos y experiencias me adentran al río del pensamiento:


Agua en el desierto. Tan solo una gota de agua para saciar la sed de cada grano de arena. Tan solo una gota o al menos una lágrima para que germinen los árboles en la espalda del tiempo.


Agua en el desierto, regiones vastas dentro de mí, panoramas punzando de vida. La zona de la sal donde el cabello del mar se mece en lentas vueltas de caracol, lentos sueños.


Agua en el desierto
Paisaje y lágrima que harán florecer
La eterna calma de las piedras
El continuo diálogo del viento
La palabra ardiente del sol

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