martes, 21 de junio de 2011

Mira decapitado

Poema publicado en la gaceta LITERAL. Descárgala de manera gratuita.



Mira decapitado
Tu cabeza siempre rueda por mi espina dorsal
aunque ella
se quede inmóvil

tiene lo ojos perdidos en la sociedad que la produjo
en la mirada cobarde de los gobernantes
en el vicio del narco

tiene los ojos puestos en lo cruel
en el último reflejo del filo al penetrar tu nombre
tu apellido
el cuello de tu vida

te cortaron a la mitad los últimos gritos

tu mirada entreabierta quedó fija en la pobreza
en tu avidez por el dinero rápido
y tu afán de impunidad

ese hueco donde la droga y el poder te estimuló
pero al que te devolvieron terrible y fragmentado
es el hueco que ahora existe entre tu cabeza y tu cuerpo

cuerpo de todo lo que fuiste y con lo que pudiste amar
tu cuerpo ya no es el templo del espíritu
tu cuerpo es una casa seccionada en dos
una grieta separó los sueños de las sensaciones
tu cuerpo ahora es un signo de interrogación sin punto
sin respuesta
sin voz que pueda mencionar cuál era tu nombre
qué lugar recuerdas de la infancia
quién era la familia que ya no te esperará

mira decapitado
alguien levanta tu cabeza
alguien recoge tu cuerpo y lo mete en bolsas negras
¿sientes lo oscuro alrededor?
al menos aquí ya puedes cerrar los ojos
al menos ahora los guardan las tinieblas

Ya no te veo decapitado
ya se han llevado tu hueco
descansa en paz



Curiel, Jhonnatan (2011), “Mira decapitado” (poema), Literal. Gaceta de literatura y gráfica, nueva época, #39, México, D.F. p. 4.

PHÁRMAKON (φάρμακον)*

Mi decisión es la navaja
Palabra corta
Verso bisturí
Poema guillotina
Libro espada
La obra es filo en la cirugía del mundo


Pásame la bata de piel para cuando salpique la sangre
Vamos a la herida que supusimos recuperada
Vamos a extraer toda la pus
Toda la maldad
Todo el rencor


La operación ya comenzó desde décadas
Desde hace siglos
Nuestros quirófanos actuales son todas las ciudades
Todas las familias
Todos los cuerpos de los niños desgarrados en la contradicción del amor


Enciendan las luces del quirófano que desde hace tiempo se ha operado a ciegas
Pásame las pinzas para hacer el transplante de la psique
Me coseré la cabeza con un estambre transparente
La poesía será mi medicina.


*La palabra fármaco procede del griego phármakon, que se utilizaba para nombrar tanto a las drogas como a los medicamentos. El término Phármakon tenía variados significados, que incluyen: "remedio", "cura", "veneno", "antídoto", "droga", "receta", "colorante artificial", "pintura", etc.

Muerte digna


Muerte digna

Aunque mis asesinos no quieran
tendré una muerte digna
porque antes me habré dado permiso de morir
y cuando me impongan su crueldad
reiré para mis adentros
pues sin saberlo ellos
estarán cumpliendo mi deseo.


Honorable death

Although my murderers don’t want it
I will have an honorable death
because I will have already granted me permission to die
and when they impose all their cruelty upon me
I’ll be laughing inside
because without knowing it
they will be fulfilling my wish.


(Traducción de Gidi Loza)

 
Curiel, Jhonnatan (2011), “Muerte digna” (poema). “Honorable death” (traducción de Gidi Loza) San Diego Poetry Annual, Brandon Cesmat (Edit), California, Estados Unidos.

Costera

Este poema lo escribí en la autopista Costera donde se conectan el golfo de santa clara y el desierto de Sonora rumbo a Horas de junio 2011.


Foto: Esquina Tijuana


Este paisaje viene a la memoria como un pájaro que vuelve
La mañana en el desierto me hace recordar una zona interior
territorios anónimos de tejidos y nervios con pequeños arbustos y saguaros
animales hechos de arena en la distancia 
palpitan en sus agujeros


A través de mis ojos arrojo mi cuerpo al horizonte y de pronto me muevo en una geografía cerebral. La superficie de mis recuerdos, conceptos y experiencias me adentran al río del pensamiento:


Agua en el desierto. Tan solo una gota de agua para saciar la sed de cada grano de arena. Tan solo una gota o al menos una lágrima para que germinen los árboles en la espalda del tiempo.


Agua en el desierto, regiones vastas dentro de mí, panoramas punzando de vida. La zona de la sal donde el cabello del mar se mece en lentas vueltas de caracol, lentos sueños.


Agua en el desierto
Paisaje y lágrima que harán florecer
La eterna calma de las piedras
El continuo diálogo del viento
La palabra ardiente del sol

miércoles, 8 de junio de 2011

La inutilidad de las ideologías encarnadas



El próximo 10 de Junio se firmará en Ciudad Juárez un pacto de más de 40 000 razones implícitas por las que se ha transformando este país. La situación que ahora se presenta es cómo interligar una fuerza fragmentada entre los diferentes intereses e ideologías que promueven un cambio de paradigma social, pero que continúan con las mismas manías selectivas y prejuicios acerca de quien no piensa como ellos. Ideologías políticas encarnadas en un fanatismo cuasireligioso que más que avanzar hacia un consenso de la mayoría se encierra en círculos discursivos de autocomplacencia y delirio.

Cuánta labor es necesaria para dejar en claro el hecho de que no todos vamos a pensar y actuar igual. De nada sirve obstinarse en imponer una manera parcial de ver el mundo porque las causas sociales, como las experiencias donde se originaron, siempre serán diferentes. Al tratar de imponer una postura política ideológica sobre causas sociales que difieren de ella, se anula cualquier posibilidad para establecer un diálogo crítico, que brinde frutos en el pensamiento plural y no mantenga caprichos como principal fundamento.

La historia ha demostrado que no hay sistemas divinamente científicos que posean una vieja solución para nuevas contingencias. Las nuevas problemáticas sociales requieren repensar y re-accionar la manera de afrontarlas, sin dejar de lado el aprendizaje adquirido históricamente. Hay capacidad de hacerlo, pero se carece de voluntad y autocrítica para aplicarlo. Por sentido común, se debe aceptar la pluralidad de opiniones al momento de afirmar una consigna. Una vez teniendo en claro el hecho de la diversidad de opiniones, posturas y fines, un punto de partida probable es preguntarse cuáles son las consignas que favorezcan la cohesión social y no su distanciamiento, o también, qué tanto estamos dispuestos a ceder en nuestra postura a fin de lograr un acuerdo general para la solución de problemas específicos, sin que esto signifique traicionar nuestra palabra. El seguir una convicción de bien común para la mayoría, no se parece en nada a los  caprichos de dogmas ideológicos. Éstos últimos creen poseer la llave maestra para lograr una transformación social, pero a falta de cerradura traten de insertar la llave en la puerta que consideren más oportuna. Es una llave oportunista.

Es obvio que el diálogo se da sólo entre aquellos capaces de escuchar sin someter a censura, ni filtros morales o prejuicios una postura ajena a la suya; no hablo únicamente desde la dimensión de diálogo entre el Estado y el ciudadano, sino desde la horizontalidad comunicativa entre un ciudadano y otro. Es válido cuestionar el silencio indiferente de las instituciones gubernamentales pero sería ingenuo dejar de lado la conveniente auto-ceguera del ciudadano ante una postura que no comparte y rechaza sin más.  El mismo modelo autoritario y retrógrada que emplean algunas instituciones hacia los ciudadanos que dicen representar, es repetido en la vida cotidiana por los ciudadanos mismos; esto es, se exige una transformación de afuera hacia adentro, pero conservando modelos que resulten convenientes a sus propios fines y propósitos.

Continuar en la lógica de “si no estás conmigo estás contra mí” ha contribuido a la polarización de objetivos supuestamente diferentes pero que muchas veces provienen de la misma raíz de bien común. La imposición de esquemas determinados en problemáticas complejas lo único que promueve es un dogmatismo obsesivo que intenta eliminar o hacer de lado aquello que amenace su estructura de funcionamiento inflexible. Los dogmas ideológicos son los motivos que nos han traído hasta las problemáticas donde estamos ahora, y aún teniendo este conocimiento, hay quienes los siguen esgrimiendo, convenientemente disfrazados de jergas revolucionarias, no tanto para la transformación de las diferentes esferas de la vida pública, sino para la manipulación del descontento a su antojo y conveniencia.

Considero un retroceso hacer frente a las actuales condiciones sociales del país haciendo uso de discursos ideológicos anacrónicos que bien pueden detallar y identificar elementos sobre los efectos negativos del sistema económico u ofrecer otros modelos éticos, pero son ajenos al entendimiento de un contexto plural que ha rebasado por mucho la visión maniqueísta de opresores y oprimidos, víctimas y victimarios, etcétera.  De la misma manera, conocer las motivaciones que llevan a continuar utilizando esos discursos contribuiría a un mejor entendimiento de cuál es el punto de intersección para lograr un acuerdo en común mediante el diálogo crítico.

Afortunadamente, al margen de las preferencias político ideológicas de unos cuantos, la propia atrocidad de las circunstancias sociales ha generado una iniciativa de consenso a través del llamado Pacto Nacional por la Paz, premisa de vida que nos reúne a todas y todos indistintamente de preferencias políticas. Una razón implícita en este movimiento es la integridad del cuerpo primero, la puesta en común no es el plan metodológico, si no la conciencia que permite crear dicho plan.  Es por esto que el diálogo que busca enlazarse y no tanto diferenciarse es el único que rendirá frutos en este despertar de voluntad que se siente y se ve. Buscar puntos donde coincidamos es crucial y solo se establecerán a través de la dimensión del diálogo, que ya es en sí una acción.

Saber dialogar, aunque se escucha fácil no lo es, y mucho menos entre aquellas personas que tiende a interpretar como ataques o insultos la crítica constructiva, inocente confusión o alevoso artificio para negar aquello que no les conviene o no logran rebatir. El oportunismo de unos cuántos no logrará apropiarse de una causa que pertenece a todos. El acuerdo del próximo 10 de Junio tendrá como puntos centrales el pacto por una vida digna que merecemos todas y todos, la caravana está por llegar a su destino pero no a su final.  Lo quieran o no, desde el 2006 a la fecha a comenzado una transformación en el país que ha mostrado lo peor de nosotros, pero también ha revelado todas las virtudes que tenemos para salir adelante del atolladero cultural en el que nos encontramos. Se requiere pensar con inteligencia y accionar con voluntad a fin de continuar esta labor de transformación que ya ha iniciado. Sigamos adelante en esa marcha individual que todos hemos emprendido.

Jhonnatan Curiel