En la página de Literaturalibre.com publicaron cuatro de mis poemas. Pulsa Aquí para visitar el sitio. De todas maneras los comparto.
F: Drug clues por Bjorn512
Frenético
Él llego donde las horas eran sus deshoras inmundas
arrancándose la cara
enfurecido
él aventaba su cuerpo a los espejos
y de la sangre brotaba su verdadero nombre
fantasmagoría en el feto de sus emociones
que lo hacían debatirse entre la noche y la mierda
su mirada tragó panoramas cercenados
sus ojos fueron
crepusculares caídas de suicidas desnudos
él se perdió bajo las nieblas de su hueco
los huesos de su risa
las hambres de su ausencia
junto a la pared se acumulaban sus delirios
como montones de cabellos negros
humedades le subían por las ranuras de la espina dorsal
supo robarse así mismo
heroinómanode su propio deseo
lo arrancó de su pecho
para admirarlo.
Silueta en callejón
Anatomía de saco de cemento que lo tocas
fangosidad cuajada sobre los secos orines
lárguense porque si no las despeina
les arroja su sistema óseo
quiere adentrar la jeringa en el sabor herido
desmantelar a topes la conciencia
quiere llorar con el cuerpo
hacerlo lágrima
porque pronto acudirá el gemido de su levedad
le tocará la espalda con el dedo.
Abandono heroínico
Veo la brisa colándose por la soledad de ese loquito alarido perseguidor de sus insuficiencias haciéndose como el que no ve pero sonríe mientras se lleva una mano a la desesperación para rasparse las costras de su desdicha deleitable manera de drogarse sin remordimiento ni pena en esta calle transitada por la indiferencia de lo que no debe verse porque contamina la tranquilidad de los corazones abiertos cual vena donde se perfora el loquito su alimento y se pierde entre las sensaciones inyectadas profundas como los ojos de un recuerdo que lo ve y le sonríe no sabiendo que él se regocija en la carnalidad de su abandono heroínico de momentos que no podrá controlar que no podrá distinguir porque su memoria se confunde con las gotas que van temblando en su sangre y le abren todas las fibras de su cuerpo
Virgilio Muñoz, otro político nefasto de tantos que hay en México, fue impuesto por dedazo al frente del Centro Cultural Tijuana (CECUT), en su primera entrevista frente a la prensa dijo “Yo no trabajo en munditos pequeños” en alusión a los más de 300 artistas, promotores culturales y ciudadanos en general que firmaron una carta en contra de su designación. Estos poemas nacen en el contexto de esta situación y también buscan dimensionar la pésima situación social y cultural que vive este país debido a una idiosincrasia basada en la corrupción y la impunidad en la que vivimos
Jhonnatan Curiel
Comienzo
1
El 6 de mayo del 2009 en Tijuana
bajo ningún consenso pero con mucha impunidad
fue preferido de manera bruta
el nuevo director del CECUT
El Arrogante se nombró
El Impune trajeado
El que le gusta hacer la cara de que se sale con la suya
y me recordó a tantos otros a lo largo de México
funcionarios disfuncionales
caducos ya
Sus méritos primordiales fueron
manejarse en la política como por espejos falsos
coleccionando las redes de poder
Su mérito fue tener a la gente adecuada en las gordas burocracias
firmando documentos de atropellos y dedazos
Su mérito mayor
el de ser Acusado de Tráfico de Personas en el 94
cuando el Centro Binacional de Derechos Humanos lo denunció
y salió libre a pesar de las pruebas
salió libre como tantos y tantos abrigados por la Bestia Oficial
Destituyen a funcionario por pollero decía
el cabezal de su nota en el Reforma
Todo quedó en la Familia Nepotista
que lo abrigó y compensó con su poder
tiempo después fue Secretario de Educación en Baja California
y ahora de nuevo lo imponen
como absurdo director del CECUT
Viejas prácticas para la nueva impunidad
¿nuevos abusos para el mismo conformismo?
A lo largo del país
se intensifica el malestar
hay un hedor a corrupción
de gobierno
Un Abuso representa todos los Abusos
Un Hartazgo representa
El Hartazgo completo.
2
El Arrogante ahora es presidente y los Pesimistas me piden que guarde silencio para asimilar lo impune
El Arrogante ahora es gobernador y los Pesimistas me dicen que mejor me deprima y acepte
esta ruinosa condición de época
El Arrogante ahora es alcalde y los Pesimistas me mienten con sus jergas cínicas
El Arrogante ahora es director
y en mi cabeza se acumulan los abusos
el persistente cáncer estimulado por la cultura de la corrupción
la cultura de la represión
la cultura de la falsedad
la cultura de la indiferencia
la cultura del rechazo
la cultura de la manipulación
la cultura del desprecio
la cultura de las devaluaciones
la cultura de los impuestos
la cultura de los privilegios
la cultura militar
la cultura de las violaciones
la cultura de las desapariciones
la cultura de las vejaciones
la cultura de las ejecuciones
la cultura policial
la cultura de la complicidad
la cultura del encubrimiento
la cultura del enriquecimiento
la cultura de la mafia
la cultura del negocio
la cultura del narcotráfico
la cultura de los compadrazgos
la cultura de la teocracia
la cultura de la no democracia
la cultura de los oligarcas
de la cultura de los cuasimonarcas
etcétera
Por eso
si por la cultura comienza la infección
por la cultura misma
se inyectará el antídoto.
3
Censura
Recordemos la censura aquí
cuando los periódicos quisieron más a la publicidad que a la Verdad
y se establecieron silenciosos acuerdos de compadres
para no publicar nada sobre El Arrogante
sólo cosas bonitas
sólo entrevistas a modo y amables fotografías
Censura
Nos dimos cuenta cómo el FRONTERA otra vez traicionaba su ética
y EL MEXICANO se explayaba lambiscón
nos dimos cuenta que a veces la censura también comienza con ZETA
y EL SOL DE TIJUANA sale cuando se le antoja
Censura
Han censurado todas las acciones
han tomado represalias
han despedido periodistas y colaboradores
se han dedicado a falsear
ignorar
tergiversar
adular
excluir
Censura
A este sistema le gusta la censura
a este sistema le gusta que se queden callados
que no hagan ruido mientras se cometen atropellos
que no entorpezcan sus planes
que no le estorben el paso
a su obesa impunidad
Censura
A este gobierno le gusta la censura
pero la voz no se contiene ya
la voz se abre
la voz se extiende
la voz se adentra a los oídos anónimos y les murmura la Verdad
y la Verdad no les gusta porque les parece difícil
les parece imposible
les parece mejor hablar de cosas más sencillas
Pero la voz arriba a otros oídos anónimos y les murmura la Verdad
y esos oídos me devuelven una Verdad a mí
me dicen que la voz está creciendo
que va muy lejos tocando las puertas
y preguntando si también hay otra voz
y así las voces se encuentran
se unen
se precipitan
se amplifican
las oigo cerca de aquí
escucho el contener de su aliento y parece que van a exhalar
pero se están preparando
porque me dicen que la voz que ahora es murmullo
pronto será la garganta del Grito.
4
Una Sorda en CONACULTA
una Sorda que impuso al Arrogante en el CECUT
una Sorda que decide mantenerse así
una Sorda en CONACULTA
indiferente al diálogo
una Sorda que prefiere callar por vergüenza o por complicidad
una Sorda vertical
que sólo escucha de arriba para abajo
una Sorda que acepta recortes a la cultura pero sin tocarse el sueldo
una Sorda de 190 mil pesos al mes
una Sorda cuya única obligación
es la de acatar mandatos
de presidencia.
5
Pregúntate
cuando estés a solas
cuando las sombras se confundan con la luz de la cortina
pregúntate
cuando la tarde rojiza en la ventana suceda
pregúntate
cuando sientas un dolor más allá de la culpabilidad
pregúntate
cuando te des cuenta de lo que has hecho
pregúntate
cuando te hables a ti mismo y no interpongas silencios
pregúntate
cuando quieras recuperar tu dignidad
pregúntate
cuando concluyas un pensamiento de justicia
pregúntate
cuando aceptes lo que eres
pregúntate
cuando haya más verdad que poder en tus ojos
pregúntate
cuando haya más verdad que poder en tus acciones
pregúntate
cuando respires con la sinceridad expuesta
pregúntate
pregúntate
pregúntate
¿Para qué decides
vivir así?
6
Siento una punzada en el hígado por la acumulación de injusticias
siento el enorme peso de los atropellos sobre mi espalda cansada
hay un espectro de resignación conformista que me aterra
junto a los aplausos de muchos veo la voluntad de muy pocos
Y decido unirme al soplo silencioso de las causas justas
a pesar de la censura
a pesar de la opresión
decido unirme al soplo silencioso de las causas justas
porque en ellas habita la Verdad
y la Verdad es sencilla para quienes son sencillos
(Discurso de generación en el acto académico. Lic. en Comunicación)
Jhonnatan Curiel
Teatro Rubén Vizcaíno Valencia, UABC, Tijuana
16 de Octubre de 2009
A mi familia y seres queridos
“Oh temprano albor del comenzar
oh soplo del viento
que viene de nuevas costas”
Estas palabras aparecen en una obra del poeta y dramaturgo alemán Bertolt Brecht titulada Galileo Galilei y en ellas se resume el espíritu de un cambio de época, anuncian un porvenir donde la ciencia y el conocimiento pondrán en tela de juicio los dogmas religiosos e intelectuales de su tiempo con el impulso de iniciar una necesaria autoevaluación del pensamiento científico y la conciencia humana. Me pareció adecuado iniciar con estos versos pues aún cuando la circunstancia histórica donde se declamaron pareciera lejana, la fuerza contenida en ellos emana de nueva cuenta cada vez que son pronunciados. Por esa misma energía que proyectan decidí incluirlos en este día tan significativo, día en que egresamos de la Universidad Autónoma de Baja California, filósofos, historiadores, literatos, sociólogos y comunicólogos, día culmine después de años de estudio y vivencias inolvidables en nuestra casa de estudios.
“Oh temprano albor del comenzar” en nosotros, compañeros y compañeras de generación. “Oh soplo del viento” en esta vida que sentimos venir a cada instante y que ahora nos toca con la suave brisa de nuestros logros, el fruto de nuestro esfuerzo y dedicación, el admirable afán de paso a paso y semestre a semestre ir construyendo nuestro propio camino. Esta satisfacción que sentimos “viene de nuevas costas” efectivamente, pero son costas interiores, costas en nosotros que nos anuncian con expectativa lo que nos depara, los suaves y bruscos oleajes de nuestra realidad, la fuerza y la calma de una marea que nos hace seguir y regresar, seguir y regresar por esas costas donde se siente venir a la vida y cada ola es experiencia, momento, decisión, cada ola es un aprendizaje que humedece nuestra memoria y deja en ella un movimiento de espumas que surgen y desaparecen como los recuerdos mismos.
“Oh temprano albor del comenzar” compañeros y compañeras, profesores, amigos y familiares. La extrañeza de un camino que se creía terminado pero apenas inicia, como los primeros rayos de un amanecer que dibuja las sendas que decidiremos tomar. Porque este día antes que ser una graduación es la inauguración de una conciencia profesionista, una profunda responsabilidad con nuestro entorno y su necesaria transformación ética y cultural. Durante todo este recorrido aprendimos que en los aportes realizados, por más mínimos que fueran, encontramos la dicha de reinventar la realidad que nos rodea; y que en lo que quisimos hacer y no llevamos a cabo se distingue el anhelo trunco de nuestras pasiones. Ahora que los tiempos se precipitan en intensidades sociales no podemos darnos el falso lujo de creernos graduados por fuera, pero no saberlo por dentro. Graduarse por fuera con calificaciones, certificados, semestres y requisitos cumplidos, o, graduarnos por dentro al sentir y aprehender ese cambio de conciencia que brinda la preparación y se complementa con el pleno ejercicio de nuestra humanidad. No para oprimir con el conocimiento adquirido a los otros, nuestros semejantes, ni para caer en el juego cruel y soberbio de las competencias donde vergonzosamente se legitima la estúpida idea de los cangrejos que no se permiten salir de la cubeta. No para utilizar este logro como una ostentosa medalla de plástico, con el título de licenciado, sólo para engrandecerse ante el otro y olvidar por completo que ese gesto más bien habla de lo pequeño nos sentimos. Graduarse por dentro es asimilar un compromiso primero individual y luego colectivo respecto a nuestro espacio de vida. Graduarse por dentro es compartir lo que nosotros sabemos y valorar la labor de aquéllos que nos brindaron ese conocimiento. Graduarse por dentro también es ser lo suficientemente inteligente para aceptar la propia ignorancia y no utilizarla como una justificación para deslindarse de problemas. Graduarse por dentro es aceptar nuestra condición cambiante, la autodiferencia implícita en cada uno de nosotros, sin olvidarnos o hacernos ciegos de la diferencia y propia unicidad en el otro. Es más sencillo graduarse por fuera que por dentro desde luego. Pero en esta decisión está la ética que poseemos, nuestro carácter y nuestro cúmulo de virtudes.
“Oh soplo del viento”. Este aire de época que comienza a cambiar. Este veneno social y gubernamental que se respira y se enfrenta al aroma de unas mejores condiciones de vida más justas y dignas. Hay un olor a incertidumbre. La militarización del país y la búsqueda del gobierno federal para que sean socialmente aceptados los valores marciales dan una prueba de este amargo olor. Los abusos a los derechos humanos entre los que se distinguen torturas, desapariciones, asesinatos, intimidaciones, violaciones, extorsiones y un largo y doloroso etcétera reafirman este olor que pasa de ser amargo a fétido. Se percibe el hedor del fascismo. La corrupción que pervive en las instituciones gubernamentales donde funcionarios se benefician del mercado del narcotráfico hacen del aparato institucional de gobierno un enorme y pestilente tambo de desperdicios, altamente burocratizado, con salarios de primera para funcionarios de quinta, con la negativa de aplicar una limpieza de fondo al corrupto malestar que gangrena toda esperanza de bienestar social. Hoy sabemos con hechos que la llamada guerra contra el narcotráfico es una guerra del gobierno contra el gobierno, de intereses contra intereses. Hoy sabemos también que la problemática de las drogas no sólo es una cuestión de seguridad pública sino de salud pública también. Hoy sabemos con certeza la necesidad de revalorar el campo de las Humanidades ante el rechazo del gobierno federal para impulsar un desarrollo cultural digno para todos las y los ciudadanos en México. Los recortes presupuestales a universidades, museos, proyectos culturales y de desarrollo artístico, así como la demeritación de la filosofía en los programas de estudio y la bajísima calidad educativa son factores que sientan las bases para mantener a la sociedad en un estado mediocre y subdesarrollado. Un Estado donde se elitiza la educación y se celebra la ignorancia generalizada. Un Estado industrial donde la calidad de vida se fija en términos de beneficio económico a terceros. Un Estado en donde políticos han tornado en eslogans las palabras Cultura, Libertad, Democracia, Igualdad, Justicia.
Hoy más que nunca las Humanidades deben dar un gran respiro de aliento ante las circunstancias en que vivimos. Salir del letargo pesimista que se ha vuelto el síntoma depresivo de generación en generación. Las Humanidades son la médula en este tiempo de superficialidades. Filósofos, historiadores, literatos, sociólogos, comunicólogos y ciudadanos en general, la tarea que nos espera es larga pero necesaria. El cinismo con el que asimilamos nuestra lamentable situación habla de una burla hacia nosotros mismos. La cruel intensidad del lugar donde vivimos se nos aproxima día con día en cada ejecución, cada secuestro, cada acto impune. Nuestra realidad exige que la volteemos a ver. A reflejarnos en ella. Ha llegado el tiempo de decidir que soplo de viento queremos para nuestra vida, el pútrido o el esencial.
Cambio. El cambio “viene de nuevas costas”. Ya esta aquí para muchos, desnudo y evidente. Otros deciden velarlo todavía, fantasearlo como una cosa exterior, pero el cambio esta presente y se siente como escuchar el rumor del oleaje en una costa cercana. El cambio es esa costa interior que nos invita a vivir las continuas olas de la experiencia. El cambio es un movimiento de conciencia tal y como sucede ahora que nos sabemos profesionistas. El cambio, ante todo, es una apuesta de voluntad, ética que define quiénes somos, seremos y hemos sido. Y sólo nosotros como ciudadanos somos los únicos que podemos decidir si nos mantenemos en el depresivo estado de la sociedad promedio, aceptando la impunidad como una consecuencia inamovible, dejándonos llevar hasta volvernos espectadores de la ruina, o si más bien proponemos una nueva actitud ante este panorama. Una actitud que se ubique en el presente antes que estancarse en un neurótico pasado y un angustioso futuro. Una actitud que se atreva a verse a sí misma para iniciar esa indispensable autoevaluación y proyectarla hacia fuera. Una actitud que se reconcilie con su energía y se atreva a decir que No queremos vivir en un gobierno donde se privilegia la desigualdad y se violan de manera sistemática los derechos humanos. No queremos vivir en un gobierno que miente de manera constante para ocultar el espectro de su incompetencia. No queremos vivir en un gobierno que criminaliza a sus ciudadanos y utiliza discursos románticos como una vil estrategia de convencimiento. No queremos vivir bajo un gobierno que promueve el fascismo y cuyos atisbos se remarcan hasta el límite. No queremos tampoco vivir en una sociedad que acepta esta penosa circunstancia y decide mejor voltear a ver su billetera, cuenta de banco, celular y demás posesiones para consolarse así mismo y pasar por encima de los cadáveres asesinados. No queremos vivir en una juventud que se ha creído la falsa esperanza del porvenir y no se da cuenta que antes de ser los jóvenes del futuro somos los jóvenes del presente, este presente. No queremos tampoco educarnos en universidades intolerantes con sus docentes y restrictivas en el estudio de lo que ideológicamente no es aceptado. No queremos más maestros de dictar y apuntar o derrochadores de conocimiento que más que alimentar a los estudiantes los inflan como globos ególatras. Queremos la realización plena del hombre pero no como eslogan universitario sino como profunda asimilación humana. Queremos que se entienda que la realización plena del hombre está directamente relacionada con la aceptación plena del hombre sin distinguir entre género, raza, credo, estatus o ideología. Queremos libertad, dignidad, igualdad, justicia. Compañeros y compañeras de generación, maestros, familiares y amigos, las nuevas costas que vienen ya están en nosotros. Permitámonos llegar a ellas. Permitámonos que nos mojen la vida. Esta época es vital para las Humanidades y para todos. Tenemos la fuerza pero hace falta decidir la actitud de cada uno de nosotros frente a esta transición.
“Oh temprano albor del comenzar,
oh soplo del viento
que viene de nuevas costas”
Te recibo con los brazos abiertos y percibo tu calor, tu cálida brisa, tus intensos rumores de cambio. Siento venir el aliento de nuestra actualidad y cómo nos aproxima a una determinante exhalación de la conciencia. Siento el estremecerse de las estructuras y distingo las grietas en aparatos gubernamentales disfuncionales y caducos. Siento que algo está por revelarse porque se anuncia en el lenguaje extremo de los hechos. Un asombro de terrible belleza se mantiene latente y nos aguarda. Una emoción que palpita va levitando por la atmósfera y se confunde con nuestra realidad. Esta vibrante sensación se vivifica y me hace abrir los ojos hacia adentro donde logro verme al reconocer a mi prójimo, al saberlo tan contradictorio y cambiante como yo, logro verme al reflejarme en ellos y comprendo que compartimos el malestar de la muerte que siempre será una reafirmación urgente de la vida. Logro reconocerme al reconocerlos a ustedes y sé que en el fondo se intensifica este hondo presentimiento social.
“Oh temprano albor del comenzar” el de encontrarse en el límite e iniciar en él
“oh soplo del viento” que traes el aliento del cambio y brindas respiro entre la asfixia
oh susurro de un oleaje “que viene de nuevas costas” y poco a poco se va acercando a nuestro espíritu para acariciarlo
te recibimos en esta adversidad porque de ti emana la fuerza
Húmedo Xochimilco, húmedo y verde como mis sensaciones, húmedo Xochimilco, las plantas crecen al ritmo de la sombra y el sol, húmedo y fresco Xochimilco, húmedo y encantado de aguas verdes donde el pez ondula la forma del agua, húmedo y vivo Xochimilco, los pájaros llenan la distancia con sonidos mojados, el agua se desliza lenta, como si fuera sonámbula, humedad de Xochimilco, verde humedad de Xochimilco desnudo, calor, más humedad, mi piel de sudor junto al sudor de la tierra, mi sudor para las raíces y las raíces para mi verde oscuridad interior, húmedo y tranquilo Xochimilco, una calma corre por mi espalda como un dedo que baja, húmedo y lluvioso Xochimilco, goteante, latiendo arriba y abajo, adentro y afuera, entre la respiración de los árboles movidos por el viento, que me hace respirar a mí, y siento, como entra, el verde sabor de la humedad, su palabra en el cuerpo dilatando la intensidad de los poros, su palabra que humedece la humedad en mí, la sensación humana bajo el agua, nostalgia anfibia, nostalgia de pequeño reptil o escarabajo, húmedo y constante Xochimilco, etéreo verdor, mi piel sueña con la tuya, mi placer se mueve lento, como una hoja en el arroyo.
Crónica publicada en la revista LA CABEZA, edición Marzo-Mayo, número 4, Madrid, España, 2010.
(Crónica de un sábado por la noche)
Jhonnatan Curiel
Son las diez de la noche de un sábado tijuanero cualquiera. El impulso noctámbulo y la espontánea necesidad de calle hacen que uno se levante, se vista, tome su dinero y esté listo en unos cuantos minutos. Sale uno de su casa a prisa con la leyenda negra a cuestas. La certidumbre de los asaltos y las ejecuciones; los borrachos violentos de la noche. Todo se niega en la incredulidad de que nada puede pasarnos a nosotros, hemos salido a divertirnos; bajo este riesgo es necesario el autoconsuelo para seguir adelante, ya que sino, la calle persigue a paranoicos y los encuentra siempre.
Ya encaminado, pareciera que el alumbrado público parpadea sus últimos esfuerzos. Las banquetas vacías, el ladrido de los perros haciendo eco en el barrio. Tanta soledad hace caminar más aprisa hasta llegar a la avenida principal donde se espera de 5 a 15 minutos y ya está uno en el taxi azul y blanco ruta Altamira-Villa súbale todavía hay espacio, buenas noches. Se comparte el transporte en una Ford Aerostar con otras 6 personas tan anónimas como uno. Nadie habla en el camino. El taxi a oscuras luce como si llevara puras sombras a su destino. Adentro somos los pasajeros sombra.
El chofer, Caronte urbano, escucha una estación cristiana mientras maneja. El locutor habla de la vida y los sacrificios justo cuando uno de los pasajeros solicita bajarse en la siguiente esquina (una ausencia más, una sombra menos) se cobra ahí en el alto. ¿Ahí en el alto? Sí, gracias que le vaya bien. La radio sigue, el camino también. Todo se pierde en la velocidad. Las cuadras se consumen rápido. Los narcos vienen y las patrullas van, indiferentes. La parada final del taxi está cercana. Sonido de monedas, movimientos, semáforo, cuadra, semáforo, vuelta. Los pasajeros sombra nos preparamos a bajar y luego el ¿cuánto es? 10 pesitos por favor nos libera entre las calles sucias y los establecimientos cerrados; excepto las farmacias, desde luego, su ser-vicio las 24 horas es un recordatorio de que aún de madrugada, la ciudad sigue enferma. Algunos dan las gracias al chofer, otros se alejan silenciosos. No es necesario mirar el atrofiado letrero de la calle para saber que se ha llegado al primer destino.
Zona centro, Constitución entre tercera y cuarta, poca gente, mucha noche y se camina. Se debe seguir por la Constitución y cruzar la calle tercera, donde los puestos de tacos varios son el delirio de la higiene y los olores de guisos acaparan el olfato. Se ha de volver aquí cuando termine la noche, pero ésta apenas comienza, así que nada mas escuchamos el me da otro de chile relleno, por favor; sí, como no, ahí le va el de bisté ranchero acompañado de los charolazos y el vapor sube hasta desvanecerse como un fantasma oloroso.
Ya en la calle segunda, una señora homeless ha improvisado su casa a lo largo de la banqueta. Con su peinado de chongo y la piel maltratada de tanto dormir en las banquetas dice dame un peso de manera exigente mientras estira la mano y su petición, como siempre, resulta en vano. Se debe seguir y atravesar la calle primera bajo la mirada de los policías tranza y donde la prostituta dueña de la esquina negocia el cuánto cobras mija con un vaquerillo chaparro, borracho y para colmo ansioso. Sólo unos cuantos pasos más y hay que detenerse al borde del escalón. No hace falta reflexionar sobre la necesidad inconciente de calor uterino para saber que se ha llegado al segundo destino.
Zacazonapan Bar, antes llamado El Gusanito o “la embajada de Ámsterdam”. Prólogo a la zona norte de Tijuana. Lugar caliente y suavemente peligroso para los que no conocen las mañas. Hoyo poco profundo pero a final de cuentas hoyo. Hay que mostrar la credencial por mero protocolo y el junkie-guardia que custodia la entrada con desgano le dice a uno que pase. Se bajan los escalones como si se entrara a un sótano y en la rocola suena el “Take it!/ Take another little piece of my heart now, baby!” de Janis Joplin. Rápidamente uno es recibido por el junkie-mesero haciendo la pregunta de qué se beberá esa noche. Se le responde que cualquier cerveza está bien, pues a final de cuentas es cerveza y luego él junta los dedos índice y pulgar para acercarlos a su boca preguntando si uno está interesado en lo que su ademán indica (su cara indiferente, los brazos picados) se le responde con otro ademán para decirle que después, al menos que la necesidad requiera algo más intenso, la variedad es lo que sobra aquí, el tú nomás pide me lo confirma seguro.
En la rocola sigue el “You know you got it/ if / it makes you feel good” de Janis la hermosa Janis. El panorama frente a uno es una imagen de creciente calor, se respira el olor a Cloralex y Fabuloso mezclados con la variedad de humos que levitan por el bar, amargoso perfume impregnado entre la ropa, ventiladores industriales dinamizan el apeste a detergentes, marihuana y sintéticos recién salidos de los pulmones. El lugar medio vacío, aproximadamente 35 personas que platican sentados en sus mesas, luces tenues a los extremos, tan opacas como los que platican bajo ellas.
En las paredes los cuadros proyectan los encontronazos de épocas. El collage de estrellas se desarrolla consecutivo: Bob Marley fumándose un gallo del tamaño de su dedo meñique, los Doors posando en la clásica foto del desierto, Marilyn Monroe desnuda, Janis Joplin arriba de un carro tan psicodélico como ella, “Oh, oh, break it! Break another little bit of my heart, now Darling”, en fin. El anacronismo del tiempo plasmado en las paredes mientras la gente circula, los junkies-clientes pasan y se dirigen al baño. Hay miradas que te buscan para medirte con los ojos, otras que sin darte cuenta, te han encontrado desde que llegaste.
Al frente, en medio de todo, la barra brilla y su luz se diferencia de las otras. La silueta del cantinero Panchito se mueve de un lado a otro atendiendo a los clientes mientras el junkie-intendente se encarga de llevar las cajas de caguamas vacías al fondo del bar. En la rocola los Beatles comienzan su “Let me take you down/ cause im going to/ strawberry fields” al tiempo que es entregada la cerveza por el junkie-mesero. Uno se sirve la cerveza como profesional sin hacer espuma ni nada y a estas alturas no se sabe si esto es un logro, o en realidad un verdadero fracaso. Hay que decirse salud a uno mismo y beber el primer trago de la noche. Son las once ya, dentro de poco se fundirán algunos en un perderse alcoholizado. Ahora es momento de llamar al junkie-mesero y con el guiño del ojo él sabe con certeza lo que se solicita.
Cae el segundo trago de la noche, el alcohol de la cerveza sabe a un amargo descanso. El fin de semana se siente como la suave tregua del hastío. Desde el fondo del bar se ve venir al junkie-mesero que ya ha dejado de ser un junkie pues se le mira de otra manera, es el mesero amigo, una sombra más clara entre todas las sombras. Hay que tomar el encargo, pagar y dar las gracias sin decir una palabra. El “nothing is real” de los Beatles marca el momento indicado para encenderlo; dejarse llevar por las respiraciones, cálidas, entrecortadas, profundas.
Es una noche de un sábado tijuanero cualquiera, la gente comienza a llegar. Los turistas entran seguidos de algunos recién deportados y atrás de ellos un grupo de adolescentes ansiosos de caras ávidas. Todos vienen a lo mismo, a divertirse o anestesiarse bajo el estímulo de saber que aquí se puede conectar lo que sea, sin temor de que la policía se entrometa. Al fondo del bar, junto a los baños, las luces están apagadas a propósito, en los rincones se distinguen las llamas de los encendedores bajo las pipas para el Ice o Kristal y pequeños puntos de luz hacen que los cigarrillos parezcan torpes luciérnagas en las tinieblas. Desde mi asiento veo las caras iluminadas con los ojos cerrados inhalando. “Living is easy with eyes closed” dicen los Beatles. No hace falta recordarles en qué lugar se encuentran para que sepan, como yo, que han arribado a su último destino.