Este 2011 provocaremos un temblor. La poesía será la maquinaria divina con la que nos abriremos camino por las placas tectónicas de la psique. Las continuas sensaciones de huecos y ojos errabundos se nos presentan ahora como manifestaciones explícitas de un cansancio más allá de lo físico. Un ahogo espiritual donde se va apagando la certeza de que la Fe más fuerte y verdadera sencillamente reside en el impulso eléctrico de nuestra propia Voluntad.
Como testigos de las atrocidades que cometen nuestros semejantes, no tenemos otra labor más que representar la necesaria negatividad que subvierta lo terrible. Establecer una autodiferencia radical que nos permita mostrar a todas y todos que para llegar a la evolución sensorial no únicamente existe el camino del horror, sino que también existe el camino de los movimientos interiores; la práctica de la creación reactiva; el descubrimiento, cuestionamiento y autocrítica de lo que asimilan nuestros sentidos sin saber distinguir la imparmenencia e ilusoriedad de las circunstancias que nos agobian.
Cada problemática social es una proyección simbólica de nuestra violencia cerebral, por eso creo que nuestra misión es mostrar la vía de las revelaciones individuales, el claro juicio en el discernimiento y también en el enfrentamiento, cuando nuestras decisiones y posturas requieran ser sustentadas, porque no se trata de tomar esta responsabilidad a la ligera como un hobby más para los ratos ociosos, ya que través de la práctica hemos visto que los frutos más hermosos no sólo crecen del discurso aunque éste también represente una semilla.
Propongo que la aprehensión de conocimiento sea una oportunidad para extendernos no por medio de las reiteraciones intelectuales sino por una profunda asimilación corporal. Que el aprendizaje llegue a través del cuerpo y sus percepciones, y no se quede flotando en el estanque de recuerdos que llega a ser la cabeza. Busquemos experiencias que permitan autoconstruirnos y compartir lo que sabemos con aquéllos que se atrevan a reflejarse. No aferrarnos a abrir los ojos de los cadáveres que deciden permanecer tendidos en este suicidio social, también evitemos heredar nuestros fangos ya que existen suficientes pantanos como para atragantarse con las ideologías y los vicios.
Propongo que cada uno de nosotros sea el vivo ejemplo de las diferentes maneras que existen para llegar a percibir nuestra totalidad y luego vaciarnos de ella. Que nuestros actos sean una continua sucesión de creaciones poéticas donde la intensidad cabalgue por siempre; y que la poesía que se filtra a través de nosotros, en esta osmosis de lenguaje, deje de ser un género literario para reconciliarse con su origen: la más sencilla forma de vida.
Pasión Poética es lo que finalmente propongo, para irradiar bajo la oscuridad espectral en esta violenta metamorfosis, y así cantar y danzar en las iluminaciones de este nuevo amanecer que vendrá. Ya están aquí sus primeras manifestaciones, y las que faltan se irán revelando ante nosotros, todos, cada uno, Tú.
JC